La rodillera de terapia de calor ayuda a aliviar el dolor en las rodillas causado por artrosis, lesiones, inflamación, tendinitis o rigidez muscular. El calor mejora la circulación sanguínea, relaja los músculos y reduce la rigidez en las articulaciones.

Se recomienda usarla de 15 a 30 minutos por sesión, dependiendo de la intensidad del calor y la tolerancia de cada persona. No se debe usar por períodos prolongados sin descanso para evitar irritaciones en la piel.

Sí, las rodilleras térmicas tienen varios niveles de temperatura, lo que permite ajustar el calor según la comodidad y necesidad del usuario. Se recomienda empezar con un nivel bajo y aumentarlo gradualmente.

Las personas con problemas circulatorios, diabetes o sensibilidad en la piel deben consultar con su médico antes de usarla. El calor prolongado puede afectar la circulación en algunos casos, por lo que se recomienda usar niveles bajos y supervisar cualquier reacción.